viernes, 1 de enero de 2010

La Catedral de Jaen

Víctor Ezquero vivió una porción de años en Jaén. Fueron los años de la adolescencia, de estudiante del bachillerato, de los primeros enamoramientos, los que prodigan entrañables amigos; los años que, como a cualquiera le sucede, quedan grabados a fuego. En Jaén fallecieron sus padres, que tampoco eran de allí, y sigue siendo la ciudad donde reside su hermano, Nicolás, su esposa María y sus dos hijos. De resultas del cariño que siente por aquel lugar (el del bosque de olivos más grande del mundo), se propuso hacerle un modesto homenaje tocante a lo que él sabe hacer: pintar.

Manuel Sáenz Monzón es un buen amigo giennense, que si bien es un conspicuo oftalmólogo no lo es menos como escritor ni como estudioso de la historia de su provincia. Y muestra de ello es un breve pero substancial tratado que hizo de la Catedral, ahondando en las etapas de su construcción, los personajes que la hicieron realidad, el logro de los caudales que se necesitaron, análisis de los
estilos que atesora...





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